Es checo, modelo, impresionantemente guapo y está “un poco loco”. Lukas Pelinka ha decidido bajarse de las pasarelas para montar Gran Baba, en El Palmar (Cádiz), un chiringuito donde la música y el buen rollo están garantizados.
Lukas mide 1,88 metros, calza un 44, es rubio y tiene los ojos verdes. Así lo certifica su ficha de supermodelo. Pero, ahora, también es propietario del chiringuito Gran Babá, en El Palmar (Cádiz), su sueño hecho realidad y el motivo por el que deja hasta el próximo invierno los desfiles y las sesiones de fotos.
Eres un modelo de éxito, ¿por qué has decidido cambiar de rumbo montando un chiringuito?
He trabajado durante seis años en varios chiringuitos de Tarifa y desde el principio siempre supe que quería tener uno propio. Soy modelo desde hace ocho y me gano muy bien la vida con ello, pero es el tipo de vida que me gusta, que me va. Vivir la vida a tope, no hay más que una.
¿Cómo nació tu proyecto?
Gran Baba nació el año pasado. Tenía claro que no quería un chiringuito de turistas, como los típicos, sino uno donde hubiera buena música en vivo. Funk, soul, música brasileña… La gente que viene a Gran Baba lo hace por eso, y siempre vuelven.
¿Te costó mucho esfuerzo montar tu propio negocio?
La verdad es que no, he tenido mucha suerte. Todo el mundo me conoce y me han ido ayudando. Como he trabajado en varios chiringuitos, ha sido un proceso natural. Es una forma de vida, yo la llevo en la sangre. Estoy un poco loco (ríe a carcajadas). La gente de aquí lo sabe.
Cualquiera diría que eres checo con ese acento y ese humor…
No sé quién soy (ríe), parece como su tuviera sangre caribeña. Se lo tengo que preguntar a mi madre. De hecho, mi próximo proyecto es montar otro chiringuito en Bocas del Toro (Panamá).
¿Tenías claro el concepto de Gran Baba desde el principio? ¿Te fijaste en algún chiringuito?
Para mí, lo importante es el ambiente, no el look. No importa si el local está montado con cuatro palos si luego la música es buena y el rollo optimista. El Palmar es un lugar muy especial, viene mucha gente de todo el mundo a pasarlo bien y el espíritu es muy acorde al mío.
¿Cuánto tiempo le dedicas? ¿Puedes compaginarlo con tu profesión de modelo?
Voy a estar en el chiringuito los tres meses de verano día y noche, currando como un loco, que para algo es mi sueño. Ya en invierno volveré a hacer mis trabajos como modelo: me pagan muy bien, no quiero cancelarlos.
¿Qué tipo de gente acude a tu local?
De todo tipo, desde los 25 hasta los 50 años. No buscamos clientes pijos ni guapos, sino gente auténtica con ganas de pasarlo bien.
¿Servís algún cóctel especial?
Servimos muchos, pero el cóctel Gran Baba es nuestra seña de identidad. La receta es secreta, tendrás que venir a probarlo (risas).
¿Qué le dirías a todo aquél que, como tú, busca cumplir su sueño?
Que lo haga, sin duda. Vida no hay más que una. Se requiere dedicación y mucho trabajo, pero merece la pena.
The entry Lo dejó todo por un chiringuito:
éste es Lukas